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Un protector solar (crema, spray, loción, y demás viscosidades) es una sustancia que actúa como filtro para las radiaciones ultravioletas (UV), aquéllas perjudiciales para nuestra piel. Si repasamos un poco el espectro electromagnético, podemos encontrar la radiación UV cercana (UVA, UVB, UVC) como aquella que posee un longitud de onda comprendida entre los 400 y 180 nm ¿qué significa esto? Básicamente, que posee una longitud de onda relativamente corta y es más dañina pudiendo actuar a nivel molecular y produciendo mutaciones.
El protector solar está constituido por diferentes filtros con propiedades de absorción o reflexión de las radiaciones UV. Distinguimos varios tipos de filtros: físicos, químicos y/o biológicos.
Los filtros físicos se componen por sustancias inorgánicas que reflejan la radiación UV casi por completo, por lo que se consideran filtros totales que actúan como una pantalla física, siempre que se aplique una gruesa capa blanquecina del producto lo que resulta muy poco estético. Por ello, algunos protectores suelen tener menor cantidad de este tipo de filtros. El dióxido de titanio sería un ejemplo.
Muchos habremos visto esa escena de Blade (1998) en la que un vampiro se impregna con una masa macilenta la cara para pasear a plena luz del día. Podemos suponer que es dióxido de titanio, un pigmento mineral comúnmente utilizado que actúa como un bloqueador total de los rayos UV… pero no del resto del espectro electromagnético que llega a la superficie del planeta, partiendo de que los vampiros mueren en contacto con la luz del Sol que comprende todo el espectro… nosferatu frito.
La hermosa vampiresa Claudia (Kirsten Dunst) asándose en un fotograma de la película Entrevista con el Vampiro (1994).
Los filtros químicos, en cambio, son sustancias sintéticas que absorben la radiación UV y la liberan posteriormente en forma de radiación infrarroja (térmica), radiación apenas imperceptible que no provoca aumentos en nuestra temperatura corporal y que no resulta nociva para la piel. Los protectores compuestos por estos filtros son los más utilizados y aquéllos en lo que solemos leer el FPS, factor de protección solar, numerito característico.
Otro tipo de filtros son los biológicos, en los que se incluyen las vitaminas A, E y C, que actúan como antioxidantes y bloquean la formación de radicales libres (responsables de las mutaciones) o los inactivan una vez formados. Estos filtros suelen ser complementarios en casi todos los protectores solares.
Otra de las cuestiones planteadas es el tiempo que podemos estar expuestos al sol sin peligro de quemaduras. Pues bien, para esto tan sólo necesitamos conocer unos cuantos factores y una fórmula.
Tmáx (min) = MED (J/m2) / UVI · 25 · 10-3· 60
Donde Tmáx es el tiempo máximo de exposición sin sufrir un eritema o enrojecimiento de la piel;
Donde UVI es el índice ultravioleta, adimensional (sin unidades), que fluctúa entre el 0 y 12 normalmente aunque no está acotado superiormente, característico de cada día y que podéis encontrar aquí ;
Donde MED (mínima dosis eritemática) es la mínima dosis de radiación UV necesaria para causar un eritema, depende del tipo de piel de la persona que se encuentra en la tabla de abajo;
Y donde 25· 10-3 y 60 son constantes.
De esta forma, podremos calcular el tiempo que podemos estar expuestos sin protección y sin causarnos ninguna quemadura. En mi caso, que soy tipo II, y suponiendo que el UVI de hoy sea de 8, puedo permanecer tomando el sol sin quemarme alrededor de 21 minutos. ¿Y dónde entra aquí el FPS? Pues este factor nos indica el tiempo que podemos exponernos sin quemarnos en comparación con nuestro tiempo normal de exposición.
Tmáx con protección = FPS x Tmáx sin protección
Por lo tanto, si yo me aplico un protector solar de FPS 50, podré exponerme al sol cerca de 17 horas sin causarme un eritema. Y si yo me aplico un FPS 15, podré tomar el sol alrededor de 5 horas. Por supuesto este valor se dará siempre que el protector solar no desaparezca de la piel, sin considerar los parámetros sudor, agua del mar o piscina, etc.
Y como resultado, ya podéis averiguar el tiempo de exposición sin quemaros. Para que veáis la utilidad de una calculadora en la playa.
Concluyo diciendo que es vuestra salud lectores y ni que decir tiene que tenéis que cuidarla. ¿Que no os gustan los protectores solares? Pues cubríos con una toalla, que por algo es el objeto más útil del universo…
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